#UNPACU y la cruzada delincuencial en #Camagüey

Fernando Vázquez Guerra quiere más dinero, José Daniel Ferrer se niega

Nueve hechos de alteración del orden público -cinco de ellos con un alto grado de violencia-, aquejan por estos días a la Ciudad de los Tinajones. Los protagonistas se enorgullecen de pertenecer a la mal llamada "Unión Patriótica de Cuba" (UNPACU) y su objetivo es, como siempre, ganarse las migajas de unos cuantos dólares que de mala gana les hace llegar el “coordinador nacional” José Daniel Ferrer, a pesar de las súplicas de Fernando Vázquez Guerra, el "líder" camagüeyano local, de incrementar con urgencia sus "salarios".

Como ya es característica distintiva de esa organización, sus miembros son individuos sin ingresos económicos fijos, con muy bajo nivel cultural y amplios expedientes delictivos, todos viejos conocidos en la comunidad y áreas aledañas donde habitualmente ejecutan sus provocaciones. Tal es el caso de “Felito”, uno de los delincuentes de más baja calaña, pues acumula en su historial nada menos que 12 procesos legales en su contra incluyendo una sanción por robo con violencia.

Las víctimas de tales sucesos demandan a las autoridades tomar las medidas necesarias para evitar los excesos no solo de este delincuente, sino de otros que se suman con la esperanza de ganarse unos dólares haciendo lo que mejor saben hacer: quebrantar la ley y el orden público.

Lamentablemente, es ya algo habitual las agresiones de estos “flamantes” miembros UNPACU tanto a funcionarios públicos como cualquier persona que se interponga delante con piedras, palos y a golpes, sin respetar la presencia de niños, viejos o mujeres y el peligro para la integridad física de cualquier persona que se les ponga por delante.

No hay que pensar mucho para darse cuenta que la desesperación cunde en sus filas, a tal punto que no importa el medio para lograr cualquier fin, aunque esto implique llegar a los extremos. El objetivo es incrementar las ya escasas sobras de dinero que el “señor” José Daniel se embolsa e invierte en cuestiones más privadas que políticas.