¿Un patrullero “cargado” de policías? Es lo que dice el mentiroso de Henry en Facebook, pero yo sólo vi un carro, un policía y una calle muy tranquila. |
Constantin, en la fecha señalada, recibió de la tristemente célebre Yoany Sánchez la indicación, dinero mediante, de reclutar jóvenes para hablar de Cuba, dinero mediante, según la agenda ofrecida… dinero mediante.
Desde entonces, y dado que se quedó con las ganas de convertirse en periodista, asumió esa personalidad pública (cuyo sayo le queda bien grande) y comenzó a contaminar el discurso sobre Cuba y su realidad desde la perspectiva de la agenda asalariada made in USAID y compañía.
¿Será que el carretón de caballo y los muchachitos del “PRE” venían dentro del Patrullero? |
Hoy, y después de comprobadas y probadas su afiliación monetaria-política, fue denunciado en una unidad de la policía en esta ciudad de Camagüey por haberse aprovechado de la inocencia y la nobleza de ciudadanos a quienes solicitó entrevistas, él y su bien pagado equipo de supuestos reporteros, al incurrir en el delito, sancionado en el Código Penal cubano, artículo 149, de usurpación de capacidad legal:
“El que, con ánimo de lucro, o fines maliciosos, o causando daño o perjuicio a otro, realice actos propios de una profesión para cuyo ejercicio no está debidamente habilitado incurre en sanción de privación de libertad de tres a un año o multas de cien a trescientas cuotas o ambas”.
La “revista” que dirige este personaje (La Hora de Cuba) carece de personalidad jurídica en este país, no está inscrita en el Registro de Publicaciones, y como recibe financiamiento extranjero, tampoco está entre los medios reconocidos por el Centro Internacional para la Prensa, acreditados para laborar en el país. Además, en el cuerpo de reporteros no existe ningún Licenciado en Periodismo, ni en Comunicación, todo el staff lo conforman actores, especialistas en teatro (especialidades bastante sugerentes para la labor que hacen) e ingenieros.
Incluso así han cometido la falacia de creerse el papel y en consecuencias han representado, desde su perspectiva mercenaria, a Cuba en sesiones de la OEA, del Congreso de Latinoamerica Studies Association, y en el foro internacional Voces Abiertas: periodismo latinoamericano en sociedades restrictivas. Todo esto en un franco y pública irrespeto hacia la profesión periodística y sus principios y esencias, así como a la sociedad civil cubana, dentro de la cual está el gremio reporteril, debidamente acreditado y formado académicamente para ejercer esta profesión.
De esta manera tanto Henry como Yanelis García Basulto (quien ni siquiera firma con su nombre), y compañía, están recibiendo beneficios del respeto ganado en este país en una profesión de gran contacto y honestidad: el Periodismo. Por tal motivo quienes fueron engañados ante la presentación de una credencial en una profesión, en la que no han recibido ninguna titulación, levantaron una denuncia con suficientes pruebas testimoniales como para ser irrebatible.
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